Todos hemos experimentado alguna emergencia financiera o algún evento desafortunado que por lo general parece llegar en el peor momento. Desde un golpe en la defensa de tu coche, una llanta ponchada por culpa del bache traicionero a la vuelta de tu casa, la lavadora o refri dañado, un gasto médico inesperado o inclusive un celular estrellado por andar a las carreras. Grandes o pequeños, estos gastos no planeados realmente nos hacen perder el equilibrio.
Ahora, ¿y si se tratara de una emergencia mayor?
¿Te has puesto a pensar en qué pasaría si perdieras tu fuente de ingresos o peor aún (y tocamos madera) si llegaras a enfermar gravemente?
¿Cuánto tiempo podrías mantener tus gastos y compromisos?
Es una pregunta que aunque suene muy dura, todos deberíamos de saber contestar, por nosotros mismos, por nuestra tranquilidad.
El no contar con ahorros para poder hacer frente a alguna contingencia, te puede orillar a incurrir en alguna deuda para poder salir de la emergencia, usar tu TDC (tarjeta de crédito) a tope o bien pedir algún préstamo bancario o familiar, el cual usualmente será más difícil de terminar de pagar.
Por todo lo anterior, hacer un fondo de emergencia es una forma de protegerte, quererte y prepararte. No se trata más que de apartar dinero para poder hacer frente a esos gastos inesperados, con la intención de poder recuperarte más rápido y así lograr metas más grandes de ahorro.
Algo muy importante por mencionar, es que no existen reglas en específico para definir la cantidad que debes de tener ahorrado para tu fondo de emergencia. Todo va a depender de tus gastos y de con qué tanto dinero te sentirás tranquilo. Sin embargo, por lo general, la recomendación es que tengas ahorrado en tu fondo de emergencia 6 meses de tus ingresos o bien 6 meses de tus gastos mensuales.
¿Por qué?
Imagina que pierdes tu empleo, no es lo mismo tener un colchón que te permita por 6 meses, cubrir tus gastos mensuales en lo que encuentras un empleo mejor o en lo que te animas a emprender algún proyecto, que estar con la soga al cuello rezándole a todos los santos para ver cómo vas a pagar la colegiatura de tus hijos o la renta de tu casa.
¿Tienen que ser exactamente los 6 meses?
La verdad es que no. Pueden ser 3 o 4 o 12 o 18, cada quien tiene posibilidades y umbrales distintos para sentirse tranquilo, lo importante aquí es que tengas tu fondo para emergencias.
Ahora, al ser un ahorro para enfrentar emergencias, debes de tener muy claro lo siguiente:
1. ¡Es para EMERGENCIAS!
No para comprarte el nuevo IPhone, no para el regalo de la novia, no para andar de queda bien con los amigos, es para una emergencia de verdad.
2. Lo tienes que tener disponible
Una emergencia no te va a avisar cuándo va a presentarse, te va a pasar cuando menos lo esperes y necesitas estar preparado. Con esto no te estoy diciendo que lo tengas debajo del colchón, puedes tenerlo en algún instrumento financiero con disponibilidad inmediata que te genere rendimientos.
¿Como cuál?
- Lo puedes poner en CETES en BONDDIA, que en caso de alguna emergencia lo podrás retirar a más tardar en 24 horas y mientras tanto te va a estar generando rendimientos.
- En cuentas a la vista de bancos y SOFIPOS, aquí asegúrate que tu dinero esté seguro y que sí te paguen intereses, la mayoría de los bancos grandotes no pagan buenos rendimientos.
- Hay bancos con Pagarés a muy corto plazo (7, 10 días), estos te van a pagar un poco más de intereses, pero tienes que estar consciente que si te pasa algo vas a tener que esperar esos 7 o 10 días para poder disponer de tu dinero.
3. El Fondo de emergencias no te va a hacer rico.
Como mencionaba, es tu primera capa de ahorro, piénsalo como una primera red de seguridad que necesitas para poder lograr metas más grandes de ahorro e inversión. Este fondo necesitas tenerlo disponible y en un lugar seguro, y teniendo este colchón, ya podrás pensar en metas más grandes de ahorro e inversión.
Recuerda que es por ti y para ti y en JUGO queremos darte las herramientas y tips para que puedas lograrlo <3